Primero algunos datos sobre el ave.
En su mayoría, puedes encontrarlos posados verticalmente pero durmiendo en ramas muertas. En realidad, el pájaro está tan bien adaptado al árbol que parece una parte de él.
Se despiertan al anochecer, revelando enormes ojos capaces de detectar polillas y otros insectos voladores en la oscuridad. Los potoos también tienen bocas anchas y abiertas para atrapar presas durante sus vuelos rápidos, cortos y silenciosos.
En fin, que te cuente la leyenda:
Los shuar de la Amazonía ecuatoriana se cuentan una historia sobre el pájaro cantor. Dicen que cuando sale la luna comienza su lamento.
“Era una vez una pareja que tuvo una pelea. El hombre estaba enojado con su esposa Aóho, porque no preparó suficiente calabaza para la cena. Se subió a una liana y quiso escapar de ella. Cuando Aóho lo siguió para disculparse con una canasta llena de calabazas, cortó la liana, debido a su enojo con ella. La esposa cayó a tierra y con aquí todas las calabazas. En este día los Shuar conocieron la calabaza.
Aóho se convirtió en pájaro y su esposo en luna.
Todos los días cuando sale la luna la mujer llama a su marido con un llanto triste. Los indígenas dijeron que ella llama “aishirú, aishirú”, que significa “mi esposo, mi esposo””